29 julio, 2013

IRREVERENCIAS... Murió León Ferrari.

Murió un artista irreverente...
Una figura de Cristo crucificado en un avión de combate estadounidense en una exposición del artista argentino León Ferrari en el Centro Cultural Recoleta en Buenos Aires, Argentia, en una fotografía de archivo del 1 de diciembre de 2004. Ferrari murió el 25 de julio en Buenos Aires. Tenía 92 años. (Foto AP/Natacha Pisarenko)
Murió un creador y un provocador...
Murió un sacrílego, un blasfemo...

Según quien lo califique, puede valerse de unos u otros adjetivos, pero en todos ellos puede encontrarse la misión del ARTE. Porque un verdadero creador provoca, se salta las barreras, no hace reverencias, incluso hasta puede dessacralizar lo sagrado, y entonces alguno pensará que es un...sacrílego y un blasfemo.
Sin embargo, todo lo dicho no alcanzaría si la obra de arte careciera de valores artísticos. Porque en la obra de arte está TODO. Y si provoca, dessacraliza e irreverencia es, justamente, por sus valores artísticos que son los que dan entidad a esos otros verbos. ¿Y por qué puede pasar eso?
Una obra de arte puede ser vista como provocadora o irreverente porque "no respeta las reglas del arte", pero muchas veces estas "reglas" están dictadas y pautadas por determinado sector (de la sociedad, de los distintos poderes, de la Academia) y quien las transgreda, podrá ser considerado un "rechazado". De hecho es lo que padecieron muchos de los artistas que hoy son considerados verdaderos creadores, pero que en su momento no fueron aceptados en el "Olimpo del Arte" como era la famosa exposición de la París de 1830, por ejemplo. Hablamos de los Impresionistas: Monet, Pissarro, Manet, entre muchos otros. ¿Quién dudaría hoy que todos y cada uno de los impresionistas fueron verdaderos creadores, provocadores, irreverentes, y que sus obras son consideradas verdaderas obras maestras?
Desayuno en la hierba: Edouard Manet
 Quién podría dudar del valor artístico de una obra tan irrespetuosa por su tema como El desayuno en la hierba, Edouard Manet, o tan poco académica como Impresión: sol naciente, de Claude Monet (ver foto)... que sirvió incluso para dar, burlonamente, nombre al grupo: Los impresionistas.
Iban contra la corriente. Hoy se exhiben orgullosas en uno de los museos más visitados de París: el Museo D´Orsay, pero en su momento no fueron aceptados por los jurados de la Exposión Oficial de París, y sólo pudieron exponer sus obras en el Salón de los Rechazados. Sin embargo, no alcanza con romper las reglas o ser irreverentes. Muchas "vanguardias" se quedaron sólo en eso, por ejemplo. Y algunos rompieron las reglas de su propio destino, como Picasso, que eligió "pintar como un niño" en lugar de alcanzar la fama como un artista respetuoso de las reglas académicas, con su talento natural por el realismo. Además de los valores artísticos, una obra "habla" de la historia del propio artista, de sus miedos, de sus rechazos, y de su visión del mundo y de la historia que le tocó vivir... A veces de manera velada detrás de las convenciones, y otra de manera explícita. Y ésta es la manera que eligió León Ferrari.

El 25 de julio (2013) a los 92 años murió el artista plástico León Ferrari, y dio la tremenda casualidad que fuera por los mismos días en que el otrora Obispo-Cardenal Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, anduviera cerca de estos pagos, más exactamente, en Brasil, en las Jornadas para la Juventud (católica). Y esa casualidad hizo que todos recordáramos la infausta intervención para la expresión artística (y para los espectadores) que tuvo Bergoglio en ocasión de la muestra retrospectiva que, en el Centro Cultural Recoleta, realizara el reciente fallecido artista en el año 2004. A tal punto llegó su ira que expresó, mediante un comunicado, lo siguiente: 

"Jesús ya nos había advertido que sucederían estas cosas y, con mucha ternura, nos dijo que no tuviéramos miedo, que somos su pequeño rebaño, que perserveráramos en la lucha por la fe y en la caridad, esperando en El, orando con verdadera confianza de hijos al Padre que nos quiere" (*).
"Frente a esta blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad, les pido que, unidos, hagamos un acto de reparación y petición de perdón".
"El próximo 7 de diciembre, víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, los invito a que sea un día de ayuno y oración, un día de penitencia en el que, como comunidad católica, pidamos al Señor perdone nuestros pecados y los de la ciudad".
(Ver nota completa en http://www.infobae.com).

(*) Una actitud cargada de ira, dicha con palabras tiernas...

Entre las reacciones contrarias que surgieron a los dichos del Obispo, me sorprendió gratamente encontrar las del hoy candidato Rodolfo Terragno, que decía:

“Ferrari denuncia a quienes convirtieron a Cristo en comida chatarra. Escandalizarse porque el pintor pone iconos dentro de una olla es como santiguarse al oír los versos de Discépolo, que describe a un Cristo afeitado. Como cristiano, no me siento ofendido por poetas y pintores. Me ofenden los fariseos, que siempre ocupan los primeros bancos del templo y lavan la copa por fuera, pero dejan la inmundicia dentro”. (Ver acá nota completa de http://www.pagina12.com.ar). Considerando la historia aún no aclarada del todo del otrora Director de los Jesuitas en épocas de la Dictadura, resultan por demás significativas.

Dice la misma nota:
Cientos de personalidades de la cultura juntan en estos días firmas para publicar una solicitada en apoyo a la exhibición, mientras Ferrari seguía recibiendo cartas de museos de todo el mundo. Entre otros, se solidarizaron Adolfo Pérez Esquivel, Adriana Varela, Ana de Skalon, Beatriz Sarlo, Clorindo Testa, Cristina Banegas, Eliseo Subiela, Tomás Eloy Martínez, Gastón Pauls, Horacio Fontova, Juan Forn, Lita Stantic y Luis Felipe Noé. Del otro lado, inspirados por la prédica del arzobispo Jorge Bergoglio, que un día antes había invitado a los católicos a presentar denuncias judiciales contra la “blasfemia” de la muestra, dos abogados pidieron la “inmediata clausura”.

Hasta hubo presentaciones judiciales (En el juzgado federal de Jorge Urso quedó radicada una denuncia penal por "discriminación religiosa e incitación al odio religioso" contra el artista León Ferrari, la directora del Centro Cultura Recoleta, Nora Hochbaum y el secretario de Cultura porteño, Gustavo López. Ver nota de Infobae.), pero la muestra fue un éxito: tal vez la curiosidad por ver algo "prohibido", o por recordar los largos períodos de censura vividos en otros tiempos y para que no se repitieran, lo que se pretendió hacer callar, se reveló como estímulo en contrario.

Alguien lo dijo, aunque no sé si con las mismas palabras: León Ferrari debería haberle dado las gracias a la ira censuradora de Bergoglio, porque sacudió la memoria de un pasado al que no se quería volver.

“Quienes atacaron la muestra completaron la obra”, dijo León Ferrari sobre los militantes ultracatólicos que en 2004 tomaron por asalto el Centro Cultural Recoleta y provocaron destrozos en la polémica retrospectiva del artista plástico fallecido ayer jueves a los 92 años. La lucidísma frase fue grabada por Rubén Guzmán para su documental Civilización, que los cines Gaumont y Cosmos UBA estrenaron en diciembre pasado. Tres meses después de proyectado aquel tributo cinematográfico, Ferrari expuso en el Centro Cultural Haroldo Conti, es decir, en el mismo predio donde funcionó la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) y estuvo detenido su hijo Ariel, que hoy continúa desaparecido. (Ver nota completa acá: http://espectadores.wordpress.com).
 Algunas de las irreverentes obras de León Ferrari, unas críticamente religiosas, y otras alusivamente anti dictatoriales y antiimperialistas:

Decía León Ferrari:
Yo no soy específicamente anticlerical y ateo. Los anticlericales tienen como objetivo a la Iglesia y los curas, mientras que los ateos se ocupan de negar la existencia de Dios. Y a mí no me preocupan esas cosas, sino la religión en sí, los libros sagrados, la Biblia [...] mi preocupación es sobre la esencia de la religión. Si existe o no existe un dios, eso es secundario. [...] Yo creo que el arte se puede usar, creo en la función del arte. Y en temas que el poder considera delicados, como el sexo y la religión, trato de buscar imágenes donde la censura -si la hubiera- quede en ridículo”. (Ver nota completa en http://www.marcha.org.ar/).


Murió un irreverente, pero quedó su obra.
 
Mi pregunta de cierre: siendo Bergoglio el Papa Francisco, que habla a los jóvenes de "hacer lío en las diócesis", que se sale de los protocolos y que es todo sonrisas y gestos descontracturados, ¿habrá dejado de ser el censurador Bergoglio, o la tiara obrará el milagro?
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