16 septiembre, 2013

"Mi vida: un punto". Desde los romanos hasta Yayoi Kusama.


En la tarde helada los más abrigados parecían los árboles: hasta ellos llegó el universo de puntos y lunares de la japonesa Yayoi Kusama que trajo su muestra hasta esta fría Buenos Aires (MALBA).

"Mi deseo era predecir y estimar la infinitud de nuestro vasto universo con una acumulación de unidades de red, un negativo de puntos. Cuán profundo es el misterio de la infinidad que es infinita en el cosmos. Percibiendo ese infinito quería ver mi propia vida", decía Yayoi Kusama.

Desde la vida neoyorquina en los años 50´ hasta la "marca artística" que es hoy, hay en su arte una serie de obsesiones que la fueron marcando, y que le dieron su sello: pinturas, fotografías, instalaciones, performances... Todo tiene el sello de sus imágenes recurrentes. Y el punto es la más famosa de ellas. El punto es para ella el símbolo de lo infinito, pero también el mar en el que se sumerje hasta desaparecer. El punto encierra todo, y también lo cubre todo, incluso a ella. Es una obsesión perturbadora, pero también un juego al que nos invita: de luces cambiantes, de combinaciones, de espacios ocupados, atiborrados de puntos, de decoraciones compartidas y de secretos que sólo ella conoce, pero que entrega con sus obras.Tanto la figuración (a través de la fotografía) como la abstracción (incluso en las fotografías que la incluyen) están presentes e interrelacionadas, y son tan compartidas que hasta los visitantes se apropian de la obra y la transforman. Los puntos se posan y lo modifican todo: habitaciones, árboles, prendas, objetos y hasta los propios rostros. Y son puntos vivos, llenos de color, que se prestan a un juego vital y dinámico, abriendo la obra artística como para que todos la completen.



Sin embargo, el tema de los puntos no es nuevo en lo absoluto. Ya desde los impresionistas (con su teoría de la "división del color") había comenzado un camino hacia la independencia 1º de la pincelada y finalmente del punto como unidad mínima componente del color. Así los cuadros de Seurat y Signac se transformaron en construcciones del color donde el punto era la mínima unidad:
Georges Seurat.
Paul Signac.
La técnica terminó conociéndose como "puntillismo" aun cuando su nombre más acertado era "divisionismo", ya que se trataba, justamente, de "dividir" el color en sus componentes (según los contemporáneos descubrimientos de la física del color) al pintar por medio de pequeñas pinceladas que terminaron siendo puntos, a fin de que fuera la mirada del observador quien recompusiera las formas. El resultado fue un uso muy libre del color respecto de la realidad observada y mirada por el pintor, pero que concluía con un cierto "congelamiento" de las formas, perdiéndose así la espontaneidad que trataron de aplicar los impresionistas. Toda la rapidez en la ejecución que buscaban éstos y que los llevaba a querer captar el paso fugaz de la luz sobre los objetos y el paisaje, se perdía con la técnica minuciosa pero hierática de los divisionistas, cuyo mayor mérito terminaba siendo la técnica, en desmedro de la obra artística.

Pero los cuadros mantenían todavía la figuración: lo pintado, aun cuando las pinceladas (o los puntos) fueran abiertos y los colores separados, el espectador fácilmente podía reconocer los objetos o lugares que los artistas mostraban:
Paul Signac
Georges Seurat.
Fueron Vasily Kandinsky y Mondrian quienes se atrevieron a abordar el mundo de la abstracción pura, cuyo camino había sido abierto por el genial Pablo Picasso a partir del cubismo. Fue con los abstractos cuando el arte se relacionó de manera abierta con las formas puras, con la geometría, sin necesidad, al fin, de disfrazarse con ropajes simbólicos, usando sólo las formas básicas y los elementos mínimos: puntos, líneas, color, formas geométricas elementales... Decía Kandinsky:

"toda composición se debe articular en base a las tensiones dinámicas surgidas de la combinación de los tres elementos básicos, el punto (como elemento primigenio de una tensión en reposo), la línea (como fuente de energía direccional) y el plano (como campo donde se han de organizar o componer las tensiones)".

Wasily Kandinsky
Wasily Kandinsky
















 
 

Piet Mondrian
Pero mucho antes que los impresionistas y que los abstractos, los griegos helenísticos y los romanos ya habían empezado a dividir las formas mediante los mosaicos, y luego los cristianos, tanto romanos como bizantinos:
Mosaico romano.
Mosaico bizantino: emperatriz Teodora.
 El tema de los puntos es universal y atraviesa los tiempos, los lugares y las culturas, hasta hoy. Y por eso creo válido mostrar algunos ejemplos de trabajos de alumnos que han sabido interpretar la técnica con gracia y belleza:
Trabajos de alumnos: El Blog de la Profe



                                    Yayoi Kusama trabajando: una de sus fotos más recientes.



Las obsesiones de Yayoi Kusama por los puntos no es nueva, aunque hoy nos sorprenda y nos maraville. Es su mundo y su propia locura artística, la que nos entrega y de la que disfrutamos.

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