16 noviembre, 2014

Encontrar tesoros...

Calíope: musa de la poesía épica y la elocuencia.
Si pudiera reencarnar o volver a nacer, eligiría dedicarme a la arqueología, una especie de Indiana Jones sin Hollywood, que dedicara mis días a hurgar en el pasado (que está hacia abajo y no hacia atrás) para poder desenterrar tesoros escondidos. Recuerdo de mis viajes a la vieja Europa lo apasionante que me resultaba pasearme entre restos del pasado redescubiertos para apreciar aquello que el hombre (en su afán de exhibir/preservar) no pudo llevarse a los museos, eso que, perteneneciendo a la vida cotidiana, formaba parte, por ejemplo, de la decoración; o de las construcciones más comunes (porque las monumentales son las primeras en destaparse), esas que seguramente de tan habituales apenas eran ya percibidas por sus moradores. Caminar por la Villa Adriana en Tivoli, por la ciudad del antiguo puerto de Ostia (en Roma), por las sepultadas por el Vesubio Pompeya y Herculano, por las catacumbas romanas incluso (aunque con una imaginería predominantemente cristiana), tenían para mi el sabor de la aventura que con seguridad tiene para los buscadores de tesoros encontrarse con una joya antigua, o para los buceadores descubrir el mascarón mitológico de una antigua nave sepultada en el océano...

Cada tanto salen a la luz de los que hurgan en el pasado alguna de estas joyas. Es el caso de los mosaicos encontrados en una antigua ciudad griega (Zeugma) que ahora pertenece a Turquía.
La técnica del mosaico es muy antigua en Occidente, y nació hacia los finales del apogeo griego. Recuérdese el famoso mosaico de la Batalla de Issos, por ejemplo, en donde un joven Alejandro Magno aparece en plena batalla contra el persa Darío, durante el Helenismo. Pero fueron los conquistadores romanos, que extendieron los dominios de Alejandro mucho más allá de sus fronteras quienes, junto con su poderío político y militar, y sus dioses (mezclados luego con los locales), llevaron su cultura y sus sistemas constructivos a los pueblos conquistados. La decoración por medio de mosaicos formaba parte de la vida cotidiana, no sólo en grandes palacios o mansiones, sino en todo lo que incluyera la vida diaria: casas particulares, comercios, anfiteatros, teatros, templos, termas, circo... Junto con las pinturas y los relieves, el mosaico más que ninguno, era el rey de la decoración. El arte del mosaico se extendió luego a la cultura bizantina, pero con un contenido y fórmulas estéticas (simbólicas, conceptuales) totalmente volcadas a la imaginería cristiana.

Los motivos (en el helenismo y el arte romano), casi siempre figurativos, podían incluir personajes de la mitología o de la historia, pero también motivos florales, animales, escenas de cacería, ritos religiosos, acompañados muchas veces por simples motivos geométricos que podían servir de marco o, inclusive, de motivo único. Esta vez, la noticia refiere a los hallazgos de una serie de mosaicos de gran calidad artística (y enorme valor arqueológico) que se encontraron en la ciudad de Zeugma (**) (ver nota Acá: mosaicos-antigua-ciudad-griega-turquia). 
Representación de los "retratos" de las 9 musas. En el centro, la musa Calíope.
La representación de los dioses Océano y Tithys.
Según los arqueólogos, los mosaicos, que están en perfecto estado, pertenecen al siglo II a.C., y lo curioso de los diseños es que, a pesar de pertenecer a una época tan alejada del realismo que posteriormente se desarrolló en el arte occidental, los rostros muestran detalles que abonan la teoría (explicada y relatada por Plinio el Joven) según la cual los griegos (y luego los romanos) eran muy afectos a valorar y representar las formas de la realidad buscando la mímesis, es decir, el parecido a lo bello natural. Algo bien diferente a lo que luego se vio en el "arte cristiano" (volcado al simbolismo, tanto en el cristianismo occidental como en el bizantino) así como el arte medieval. Fue recién durante el Renacimiento cuando, en otro contexto, la búsqueda de la mímesis cobró una renovada importancia. 
A pesar de cierta rigidez impuesta por la técnica y los materiales (no es lo mismo un mosaico que una pintura al fresco), son fáciles de descubrir las señales de ese buscado "realismo"; aun cuando todas ellas sean fruto de un cierto formulismo, puede observarse que:
-los rostros están de 3/4, en lugar de estar de frente o de perfil (como ocurría por ejemplo en el arte egipcio, o luego en el arte bizantino, o el relieve o la pintura medieval).
-los cabellos están en movimiento, y no existe la rigidez impuesta por la simetría.
-en los rostros y en los detalles de ojos, nariz, boca, cuello, puede verse cómo las sombras sugieren el volumen, en lugar de mostrar los rostros planos y frontales como, por ejemplo, luego podrán verse en el arte bizantino (muchos de cuyos ejemplos aparecen incluso en la misma región, pero en épocas posteriores y en edificios religiosos, casi exclusivamente).
-finalmente, los ojos de los personajes "miran", en lugar de tener la mirada hiératica e intemporal de los rostros egipcios o bizantinos, ligados más al arte conceptual religioso que al realismo mimético.

La anécdota que cuenta Plinio (*) es hasta ahora el único testimonio de la perfección realista alcanzada por los griegos, y que reservó para la gloria del arte occidental a pintores como Zeuxis y Parrasio. Según Plinio, estos artistas competían para ver cuál de los dos tenía más éxito con sus pinturas realistas. Uno de ellos (Zeuxis) había pintado unas uvas con tal fidelidad que los gorriones venían a picotearlas creyéndolas verdaderas. El otro (Parrasio) realizó una pintura de una tela, con un realismo tal que engañó al mismo Zeuxis quien, al querer descorrerla, mostró la victoria de Parrasio no ya sobre los pájaros sino sobre el mismo Zeuxis.

Estos mosaicos encontrados de época helenística son una bella muestra de lo que, en tiempos tan antiguos, fue una permantente búsqueda en el arte occidental, y que nunca se perdió sino que fue alternándose y conviviendo con esa otra manera de entender el arte, que es representando lo simbólico y/o lo conceptual. Sin embargo, la preminencia de la búsqueda del "parecido" ha tenido hasta el presente unas cuantas victorias alcanzadas. 
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(*) Plinio: Historia natural
(**) Para saber más sobre la antigua ciudad griega de Zeuma, su preservación, sus mosaicos y su museo, recomiendo esta nota: http://tierradedunas.blogspot.com.ar/2012/12/los-mosaicos-de-zeugma-museo-de.html
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