28 julio, 2011

Unicornios...

Entre la imaginación y la realidad.
La dama del unicornio: el sentido de La Vista (Flandes, siglo XV).

"La dama del Unicornio" es una serie de seis tapices que se encuentran en el Museo Cluny, en París, el Museo de la Edad Media. Están allí desde 1882, pero habían sido descubiertos en 1841 por Próspero Mérimée, el autor de El jarrón etrusco (1830), Las ánimas del purgatorio (1834), La Venus de Ille (1837) y, muy en especial, Colomba (1840) y Carmen (1845), sus dos obras maestras (http://www.biografiasyvidas.com/).
La obra consta de seis piezas, cinco de las cuales está dedicada a cada uno de los sentidos: el oído, la vista, el tacto, el gusto y el olfato. El sexto está titulado "À mon seul désir" (A mi único deseo). Fue confeccionado en Flandes en el siglo XV, y realizado en lana y seda. (http://www.musee-moyenage.fr/). El unicornio aparece en todos y cada uno de los seis tapices, al igual que la dama, dada la relación estrecha entre ambos y la significación que los personajes tienen como tema central de la obra.
La figura del unicornio es uno de las más representativas de ese mundo medieval en el que se mezclan la imaginación y la realidad, y a la vez cargada con diferentes simbolismos a lo largo del tiempo. Es una figura heredada de la Antigüedad, ya que los Padres de la Iglesia cristiana primitiva lo habían encontrado en una fuente inestimable en la cultura occidental de la Edad Media: el Physiologus, un tratado compuesto en Alejandría, escrito en griego, entre los siglos II y IV, con una importante carga simbólica, traducido luego al latín.
Dice la fuente:
El unicornio es pequeño y muy salvaje. Tiene un cuerno en la cabeza. Ningún cazador puede atraparlo, salvo valiéndose de artimañas. Una virgen lo atrae. Cuando la ve, el unicornio salta a su regazo. Entonces es hecho prisionero y conducido al palacio del rey.
Otros textos posteriores también nos hablan del unicornio: los Moralia in Job, de Gregorio Magno, las Etimologías de Isidoro de Sevilla, los Comentarios a los Salmos, de Beda el Venerable, la enciclopedia De Rerum Naturis, de Rábano Mauro (siglo VIII). También aparece en el siglo XII en los poemas de los Carmina Burana. Pero es la estrella de los Bestiarios, esa recopilación de textos entre cientícos y ficticios en los que siempre se muestra a animales tanto reales como imaginarios en relatos siempre moralizantes.
Como tantos personajes humanos, animales y objetos de la Antigüedad, también el unicornio pasó por la resignificación del Cristianismo. Así el unicornio adquirió la simbolización de la figura del Salvador, su cuerno a representar la Salvación y la dama virgen en cuyo regazo se aloja, la Virgen María. La caza posterior del unicornio es también el símbolo de la Encarnación del Hijo de Dios en el cuerpo de la Virgen María.
Pero esa simbolización algo agresiva aunque sacralizada por la creencia mistérica de la Encarnación y la Salvación, en la Edad Media más avanzada fue evolucionando hacia un significado más ligado al amor cortés. Así lo canta en un poema en el que se identifica con el animal, el famoso trovador Thibaut IV de Champagne en el siglo XIII:

"Soy como el unicornio
que se turba al contemplar
a la joven que le encanta
tan feliz por su suplicio
que cuando cae en su regazo
lo mata a traición." (...)

En tanto algunos, como el teólogo Alberto Magno, trataron de encontrar al unicornio entre el mundo real, así lo asociaron por su descripción con el narval (un animal marino en peligro de extinción) y con el rinoceronte, animal muy salvaje que comparte con el unicornio del bestiario medieval los supuestos poderes de su único cuerno:

Sin embargo, también Alberto Magno se dejó seducir por el mito, y para él, el rinoceronte "adora a las jóvenes vírgenes y cuando las ve se acerca se duerme a su lado". Durante la Edad Media, la imagen del unicornio oscila entre la existencia real y la imaginaria.
Para el unicornio imaginario, el de las maravillas medievales, el cuerno del unicornio tenía poderes especialmente buscados: era un potente antídoto para el envenenamiento, un peligro muy común en la Edad Media, tanto para curar como para prevenir. Algunos de ellos, supuestamente, se conservan todavía en los tesoros de algunas iglesias, como la Abadía de Saint-Denis (París) o en el tesoro de San Marcos (Venecia).
"À mon seul désir", el sexto tapiz de la serie, La dama del Unicornio. Museo Cluny, París.

En el caso del tapiz "La dama del unicornio", y en especial por el sexto de los tapices (A mi único deseo/ À mon seul désir"), la figura del animal está más ligada al amor que a la simbología religiosa. La relación es, entonces, con el amor cortesano, tal como lo cantan los trovadores en el siglo XIII.
Pero el interés por los unicornios, con su historia mezclada de realidad, leyenda e imaginación, continuó a lo largo de los siglos.
En el siglo XVI el artista Jean Duvet graba, hacia 1520, las planchas de "La historia del unicornio", por lo cual merece el apelativo de "el maestro del unicornio".
En el siglo XVI también Rafael Sanzio tomó el tema del unicornio en relación con una mujer, tal como se ve en la obra:
La dama del unicornio. (1505-6) Rafael Sanzio. Galería Borghese. Roma.

 Hacia el siglo XIX y con la pintura simbolista, el imaginario medieval vive un renacimiento. Pintores como Gustave Moreau y Arnold Böclin lo recrean en sus elegantes pinturas.
Gustave Moreau: "Los unicornios". 1885.
En la actualidad, el unicornio todavía conserva cierto aire de personaje mágico, cargado de romántica fantasía, y de vez en cuando alguna noticia trata de atraparlo con las redes de la pedestre realidad.

En Italia, en el año 2008, fue avistado un ciervo con un solo cuerno ubicado en el centro de su cabeza, e inmediatamente fue asociado con la figura del mítico animal. (Ver nota acá) Aun cuando explican que no es raro encontrar un ciervo con un solo cuerno, sí sorprende la ubicación del mismo, con lo cual es inevitable que la fantasía lo relacione con su pariente imaginario (ver foto).                                                                              Pero no es la única noticia que, en la actualidad, trae a la figura del unicornio hacia el presente.                              En un comunicado oficial, el Centro de Ciencias de Ontario, Toronto, afirmó que había recibido un video que atestiguaba el avistaje de un unicornio. Pero más tarde admitió que el material había sido cuestionado por varias personas. También aclaró que "el Centro de Ciencias está revisando el material cuadro por cuadro para determinar si el reclamo es legítimo. (…) Con un examen más detallado esperamos establecer si el avistamiento del unicornio se ha producido o no.” (Ver nota completa acá).
Aquí el video en el que, supuestamente, puede avistarse la presencia de un unicornio:


Las imágenes fueron tomadas por dos montañistas quienes sólo advirtieron la presencia del supuesto unicornio una vez revisadas las imágenes.
Sin la contundencia de la fotografía del ciervo y con mucho de voluntad, podría pensarse que, efectivamente, entre la frondosa vegetación corretea un unicornio. Todo depende de cuán grande sea nuestra necesidad de dar permiso a la fantasía y de liberar la imaginación.
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*"Héroes, maravillas y leyendas de la Edad Media". Jacques Le Goff.

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